Quedada Ruta de los Castillos

Este domingo participé junto a los compañeros del C.C. Castillo de Ayora en una quedada para valorar un posible cambio de trazado en la Marcha Clicloturista de la Ruta de los Castillos. La intención de la organización es la de restar kilometraje a la nacional 330 en los tramos de más tráfico y en su lugar introducir varias cimas: Alcola, de segunda categoría (más duro que la última cima del actual trayecto), el ascenso al Campichuelillo, de cuarta categoría desde Jalance pero con algunas rampas superiores al 18%, y otras cimas menores con fuertes porcentajes al pasar Embarcaderos de Cofrentes y a la altura de La Cabezuela. Finalmente no se completó el 100% del trazado previsto, dejando en el tintero unos 20 km y un ascenso acumulado de unos 350 metros, aún así, es un trazado muy exigente: 131 km. con un ascenso acumulado de 2.349 m.

Para mi fue uno de esos días en los que compruebas que no estás al 100% en las primeras rampas y no queda más remedio que agachar la cabeza y sufrir. El momento más duro fue sin duda el ascenso a Alcola, una pared que no concede descanso alguno, mateniendo una media de 180 pulsaciones y soportanto temperaturas de hasta 39 grados que lo hicieron realmente sofocante. Pero la sensación agridulce que tenía al terminar se va endulzando cuando la frustración que provoca no tener una forma física mejor, se convierte en un objetivo y un aliciente para seguir mejorando.

(Wikiloc) (Garmin) (Strava)

El ambiente fue inmejorable, contamos con la asistencia de un vehículo de apoyo que llegó a realizar un cambio de cadena y con la colaboración de Marchas Ciclistas, que ya ha publicado un extenso reportaje fotográfico.

Enlaces

Crónica personal de la IV Marcha Cicloturista del Valle de Ayora Cofrentes

Son las 5:40 de la mañana y suena el despertador ¿a alguien le suena? El cuerpo me está pidiendo a gritos que me levante, ha llegado el gran día. Desayuno un vaso de leche con copos de avena, una tostada con merlelada y un zumo de naranja. Sobre las 6:30 estamos en el polideportivo municipal de Ayora, ya hay gente en todas las mesas recogiendo sus dorsales. Mateo (compañero del C.C. Castillo de Ayora) me da el mio, dorsal 73. De regreso a por la bicicleta me cruzo con una gran caravana de vehículos, los pelos como escarpias. De nuevo en el polideportivo Jesús López (compañero del C.C. Alcayna Altorreal) me identifica, hablamos sobre la tragedía de nuestro compañero Javier y me da una fotografía con unas bridas para llevarla durante toda la marcha. Se acerca la hora, bajamos hacia la calle de la Marquesa y nos metemos entre el grueso del pelotón por la calle Santa Bárbara, la imagen habla por si sola.

Como corredor local me ofrecen un puesto en el arco de salida pero llevo mi GoPro en la cabeza y quiero grabar la salida con ciclistas delante. También pienso que los que tengo delante no me tendrán que adelantar. A las 8:09 la organización pide un minuto de silencio que se cumple de forma ejemplar en recuerdo por los ciclistas fallecidos en la carretera, haciendo mención especial en Juan Claramunt Sanchís del C.C. Puçol fallecido el pasado mes de diciembre, y en Antonio Javier García Flores del C.C. Alcayna Altorreal, fallecido sólo 4 días antes de la marcha. Minutos después se inicia la marcha, se palpan los nervios, casi un millar de ciclistas bajan calle abajo con la esperanza de cumplir su propios objetivos, sus metas personales.

A los pocos metros veo a Amparo (mi suegra) con mis hijos Patricia y Guillermo que se han pegado el madrugón para ver a su papi, rejuvenecedor, inolvidable. Hacia la salida del pueblo escucho a algunos compañeros –Ánimo Emiliooo!– Son palabras sinceras que agradezco, pero que traduzco simultaneamente en –Mucha suerte! La vas a necesitar! 😉

Lo que viene a continuación es sólo una jornada más, cada ciclista ha tenido la suya, con sus alegrías y sus desdichas: pájaras, pinchazos, caídas y abandonos. Puedo sentirme afortunado de decir –Misión cumplida!, he tenido el privilegio de participar y completar la Marcha Cicloturista del Valle de Ayora Cofrentes, la Ruta de los Castillos. Estoy satisfecho por haber finalizado (ese era el reto) pero no puedo estarlo enteramente porque de no ser por mis errores, me habría divertido más (que es de lo que se trata). A pesar de haber leído ya suficiente sobre alimentación en el deporte y sobre aquello de encontrar tu propio ritmo, en este deporte como en la vida misma, parece que uno no aprende si no es de sus propios errores.

Primer error: la elección de los nutrientes

El pasado 9 de abril completé el trazado en solitario, me llevó un total de 6:40 min. así que pensé que el día de la marcha podría alimentarme del mismo modo, tirando de barritas, un par de bidones con complementos y de un sorbo de gel si me veía apurado en algún puerto, pero el ritmo en las marchas es siempre superior y la demanda energética también lo es. Tendría que haber llevado un mínimo de dos geles, uno para el puerto intermedio y otro para el final.

Segundo error: no alimentarse con frecuencia

A las 10:23 estaba en el primer avituallamiento, unas 2 horas después de la salida y con una velocidad media de 28km (unos 24 minutos antes que mi última salida en solitario) –fenomenal pensé. Pero había estado tan preocupado de no perder el ritmo de los grupos entre los que me encontraba –y me encontraba tan bien– que sólo le dí un pequeño un bocado a una barrita de 80 gramos a mitad de camino. Y en este primer avituallamiento tan sólo bebí un vaso de cola y otro de sales minerales, estaba sediento y los sólidos no me entraban por los ojos. Repuse mi bidón e intenté rodar junto a Pascual Torrella (un compañero de C.C. Castillo de Ayora) pero me fue imposible, se marchaba a velocidad de crucero tirando de su pelotón mientras yo me descolgaba en un llano con una ligera pendiente —el agotamiento empezaba a ser notable. No sólo no me alimenté de forma adecuada, tampoco supe escuchar a mi cuerpo, porque continué sin alimentarme hasta que apareció el tío del mazo, pero no vino sólo.

El pinchazo

A las 11:27 me detuve en la fuente de Jalance, necesitaba reponer líquidos y estirar las piernas, el cuadriceps de la pierna izquierda me daba calambres cada vez que lo forzaba en alguna pendiente. También necesitaba comer pero debe ser que el cerebro andaba ya falto de exígeno porque no lo hice. Me subí a la bicicleta para continuar, pero heme aquí que noté algo extraño en la rueda delantera…, había pinchado (también físicamente pero no era consciente de ello).

No he sufrido ningún pinchazo en mi corta historia sobre las dos ruedas de carretera, y tenía que estrenarme en un día importante…? Que duro fué escuchar pasar las ruedas de otros ciclistas mientras yo reparaba la mía. Pero no faltaron palabras de ánimo y de gente que me preguntó si necesitaba algo; también mi compañero Jesús López se ofreció a ayudarme cuando me reconoció al pasar, pero quise solucionarlo sólo y le animé a continuar. Pero sobre todo, no olvidaré cuando reanudé la marcha y antes de dar la segunda pedalada una mano amiga me dío un ligero empujón para continuar. Amigo cliclista, si me lees, gracias!

El tío del mazo

Diez minutos se fueron entre los estiramientos y el pinchazo, pero nada comparado con lo que me esperaba poco después. Sobre las 11:53, unos 110 kilómetros y 3:38 horas después de la salida, con menos de 30 gramos de sólido en el cuerpo, 86 kilos de peso, y a punto de coronar la primera parte del puerto entre Jalance y Jarafuel… mi cuerpo dijo basta. No tenía fuerza para dar una sola pedalada más. Baje de la bicicleta y anduve unos 30 pasos con la esperanza de recuperarme.

El que ha sufrido algo así sabe lo que se le pasa a uno por la cabeza, y no hacía ni 15 minutos que había pinchado —abandono, estoy acabado ¿tendré fuerzas para regresar a casa? esto no me lo esperaba–. Hasta pasó Pedro López, un voluntario de Ayora con su coche de apoyo, pero no se me pasó por la cabeza pedirle que me recogiera. No sabía si podría terminar pero a casa sobre las dos ruedas –¿y si uso el gel? No! Lo necesito para subir el ultimo puerto!– Afortunadamente me repuse ligeramente mientras andaba, lo suficiente para coronar y continuar. Y por fin saqué la barrita energética consciente de que había cometido un tremendo error al no alimentarme. Que ignorancia la mía pensar que llevaba combustible para toda la marcha. Continué a ritmo aeróbico hasta el segundo avituallamiento y me condecí el tiempo suficiente (más de 12 minutos) para comer algo de fruta, estirar y valorar mis posibilidades.

Lo que sigue a continuación ya no tiene mayor importancia. La grata sorpresa de ver a gente conocida saltando y gritando para darme ánimos al bajar la cañada de Jarafuel. El silencio de los compañeros cuando iniciabamos el ascenso del último puerto (como corderos al matadero). Y por fin la llegada a la meta, refugiado entre los miembros del Club Mountain Bike RustikBike que encontré al cruzar Teresa de Cofrentes. Que llegaran juntos demuestra que son un grupo unido y con un planteamiento muy acertado. También están ahí mis suegros con mis hijos, llevan dos horas viendo corredores cruzar la meta hasta que por fín llego yo, me siento culpable, que plantón.

Ha sido mi reto personal para este año y está cumplido, pero nada ha salido como esperaba, sobre todo después de la pérdida de Javier tan sólo unos días atrás, algo inesperado que no olvidaré jamás ¡cuantos kilómetros de felicidad te han robado!

Para la organización de la marcha sólo tengo elogios, mis más sinceras felicitaciones en todos los aspectos. Y sobre todo mi más profundo agradecimiento para todos los voluntarios sin cuya colaboración no habria sido posible realizar un evento de estas dimensiones, se nota que todo el valle está volcado con la marcha.

Sobre la cámara on board no negaré que me siento bastante ridículo con ella, además, al acabar tan descolgado no pude grabar nada interesante más allá del primer avituallameinto, pero escribiendo esta crónica me siento afortunado de poder regresar por mis pasos y revivir muchos de esos momentos. A lo largo de esta semana espero tener un video resumen, donde lo más interesante es sin lugar a dudas la salida.

Algunas recomendaciones para la IV Marcha Cicloturista Valle de Ayora Cofrentes

Los siguientes consejos y recomendaciones están basados en el reglamento oficial de la IV Marcha cicloturista Valle de Ayora Cofrentes, si tienes dudas consúltalo.

  1. Fechas y horarios. La IV marcha cicloturista Valle de Ayora Cofrentes tiene un límite de 1200 participantes y se celebrará el próximo 5 de mayo de 2012. La salida será a las 8:00 horas en la Calle de la Marquesa de Zenete, delante de la puerta del ayuntamiento de Ayora (Google Maps). El recorrido será de 151km. La llegada tendrá lugar a las 16:00 del mismo día de la marcha también delante del Ayuntamiento de Ayora. Las inscripciones se realizaran a través de la página web www.cccastillodeayora.es hasta el 29 de abril. La recogida de los dorsales se realizará el viernes (4 de mayo) a partir de las 18:00 y el mismo día de la marcha a partir de las 6:30 junto al polideportivo municipal de Ayora.
  2. Prueba abierta al tráfico. Todos los participantes deben cumplir el código de circulación pues se trata de una prueba abierta al tráfico. Está prohibido invadir el sentido contrario en los tramos que discurren por la nacional 330 y especialmente entre las localidades de Jarafuel y Jalance. El corredor que lo incumpla será sancionado y quedará fuera de la prueba.
  3. Avituallamientos. Se han planificado 3 avituallamientos. Los dos primeros de sólido y líquido en los kilómetros 60 y 112, y un tercer avituallamiento en el kilómetro 132 después del ascenso del último puerto importante, la Cuesta Bayart.
  4. Fuentes de agua. Los avituallamientos se han planificado estratégicamente para que puedas hidratarte cuando tu cuerpo más lo va a necesitar, pero si necesitas un aporte adicional de agua debes saber que existen fuentes de agua en casi todas las localidades en el tramo de regreso de la marcha. Una de ellas está entre Los Pedrones y Cofrentes al iniciar del descenso de “la chirrichana”, es fácilmente reconocible porque está junto a un par de casas. Otra fuente que te puede interesar se encuentra al entrar en la localidad de Jalance a la derecha (junto a un mural muy llamativo) y otra también en el lado derecho al atravesar la localidad de Jarafuel, aunque con el avituallamiento del kilómetro 112 no deberías necesitar agua aquí.
  5. Curvas peligrosas. Hay dos tramos en el trayecto con curvas que merecen especial atención. El primero son dos curvas muy pronunciadas, una a derechas y otra a izquierdas durante el descenso que hay al dejar atrás la localidad de Jalance en dirección hacia Los Hervideros. La otra curva peligrosa está en el tramo de regreso después de cruzar Jarafuel, es una curva a derechas con un descenso moderado y el pedante algo invertido. No tiene escapatoria, si te sales puedes hacerte bastante daño en la caída.
  6. Se respetuoso con el entorno. Está prohibido lanzar objetos y envoltorios a la carretera y sus proximidades. Al hacerlo demuestras muy poca sensibilidad y respeto por el medio natural en el que transcurre la marcha. Esto no es la Vuelta Ciclista a España ni vas a perder ninguna posición por guardar el envoltorio de tus nutrientes energéticos.
  7. No pongas en peligro a tus compañeros. Los participantes de la parcha son tus compañeros, comparten contigo la misma ilusión por disfrutar de un día grande para el deporte y para el ciclismo. Si no tomas las precauciones necesarias no sólo te pones en peligro a ti mismo, si no que puedes arruinar la marcha de otras personas y provocar accidentes con graves consecuencias.
  8. Disfruta. Disfruta del gran día para el que te has estado preparando, del ambiente espectacular con Ezequiel Mosquera com invitado de honor, de los paisajes de la comarca del Valle de Ayora Cofrentes, del entusiasmo de sus gentes, y de una increíble organización apoyada por más de un centenar de voluntarios que quieren que te lo pases bien y que vuelvas el año que viene.

Más información