Me siento en forma, mejor que nunca, tengo capacidad y resistencia para recorrer grandes distancias y por diversión, puedo ser combativo a veces, pero siempre al límite de mis posibilidades, demasiado al límite respecto a mis compañeros. No es de extrañar viniendo de donde vengo: un periodo de más de 10 años en el que la obesidad (hasta 113 kilos), el tabaquismo (dejé de fumar en el 2006), y el sedentarismo estaban arruinando mi salud.
No obstante esperaba encontrarme físicamente mejor, ha sido un año en el que he salido con mucha más regularidad y tenía la esperanza de que esa regularidad provocara las adaptaciones necesarias para mejorar. Cuando empiezas te dicen: “aquí el único secreto es salir”, entonces… ¿qué ha fallado? ¿no basta con salir? Pues no, no basta con salir, tendría que haber realizado un periodo de preparación general, pero qué demonios, ni siquiera sabía lo que era! 😉 Por curiosidad he analizado las actividades realizadas entre el 15 de diciembre de 2011 y el 15 de marzo de 2012, y esto es lo que me he encontrado:
1% | 37% | 48% | 14% |
Z1 | Z2 | Z3 | Z4 |
Durante esos tres meses realicé sólo 6 salidas, completando 579 kilómetros y un total de 26 horas de bicicleta. La frecuencia cardíaca media fue de 150 y la máxima de 183. Casi la mitad del volumen de trabajo se realizó entre 147 y 165, y un 14% entre 165 y 183 pulsaciones. Solamente 9 horas de este periodo se realizaron entre 111 y 147 pulsaciones por minuto. Dada la importancia del periodo base en deportistas noveles como yo, es completamente normal que no haya progresado como esperaba. Aún así no hay nada que pueda reprocharme, han sido 12 meses de pura diversión, tanto en carretera como en montaña.