Incursión en el ciclismo de ultrafondo

El pasado martes 2 abril hice mi primera (y seguramente última) incursión en el ciclismo de larga distancia al recorrer 280 kilómetros en 10:43 horas, a una velocidad media de 26 km/h y con un ascenso acumulado de 2.323 metros. Tenía previsto completar el trayecto de Murcia a Ayora (mi pueblo natal) en una mañana, y el regreso a Murcia al día siguiente, pero por circunstancias personales me vi en la necesidad de regresar el mismo día y pensé que era una buena oportunidad para ponerme a prueba.

Aunque tengo que reconocer que son demasiados kilómetros para un aficionado, la verdadera dureza estuvo determinada por las fuertes rachas de viento que tuve que soportar en solitario. Este año el viento está siendo un verdadero calvario para los amantes del ciclismo de carretera. Aunque lo tuve a favor en algún ascenso a la ida (dirección sureste), llegar a Yecla y Almansa fue tortuoso, dos rectas interminables, con viento frontal y lateral que no parecían tener fin. El viento tampoco permitió disfrutar de los descensos al regresar, muy peligrosos con rachas de viento que obligaban a mantener una tensión continua y no me permitieron aumentar la velocidad por riesgo de caída.

Afortunadamente no tuve que lamentar incidentes, pinchazos, ni caídas. Al regresar a casa estaba exhausto y algo preocupado por agotamiento y por las consecuencias que un esfuerzo así podría tener sobre el organismo, pero feliz y orgulloso de haberlo conseguido.